23 oct 2011

¿Quién tiene la verdad, quien la siente o quien razonadamente la argumenta?

Para las personas sumidas en prejuicios, la verdad es de quien la siente y no de quién razonadamente la argumenta.

Nuestra percepción de la realidad no se basa en observaciones objetivas y ligadas lógicamente. Mas bien todo lo contrario.

Nuestro guión para analizar la realidad son las expectativas e interpretaciones. Nuestra visión del mundo se adapta a lo que esperamos o queremos ver (nuestro terreno psicológico).

Pero es más fácil dejarse llevar por los propios prejuicios internos que nos dicen que estamos en lo correcto que intentar verificar la verdad.

No somos receptores pasivos de la información externa que entra en nuestro encéfalo a través de nuestros órganos de los sentidos. Al contrario, buscamos pautas y patrones de forma activa, convertimos escenas ambiguas en otras que se amolden a nuestras expectativas y nos perdemos los detalles que no esperamos.

18 oct 2011

El pensamiento espacial.


Artículo de mentat.com :

El pensamiento espacial es parte de todas las formas de conocimiento, en lo microcósmico y en lo macrocósmico.

El pensamiento espacial necesariamente incluye al pensamiento visual. Nuestro cerebro evidencia preponderancia de redes video espaciales.

Por otra parte, está establecido que la percepción visual y la imaginación visual implican procesos neuronales similares. Y es de destacar que ambas conservan naturalmente la disposición espacial del objeto-imagen, percibido o imaginado.

Explorar, ampliar, reducir, y rotar, son procesos complementarios de pensamiento video espacial. Para el pensamiento espacial es necesario percibir visualmente con exactitud, y saber realizar modificaciones y transformaciones de la experiencia visual, aún si sólo fuera con la imaginación.

Un pensamiento espacial eficaz requiere de: a) comprender objetos tridimensionales partiendo de gráficos bidimensionales, y viceversa b) habilidad para imaginar una representación tridimensional desde distintas perspectivas, y c) habilidad para visualizar – concretamente e imaginariamente - efectos de reflexión e inversión de objetos-imágenes.

Normalmente creemos que no necesitamos aprender a pensar espacialmente tanto como lingüísticamente ya que sin ningún esfuerzo consciente pensamos espacialmente. Es algo innato, aún más que el lenguaje; dibujamos, bailamos, luchamos, jugamos, trepamos, ordenamos, etcétera. Por ejemplo, corremos naturalmente sin aprendizaje formal. Pero si deseamos competir con corredores amateurs y profesionales tendremos que aprender y desarrollar formalmente unas cuantas cosas acerca de correr. Con el pensamiento espacial ocurre algo similar, la diferencia está en que los amateurs y los profesionales del pensamiento espacial han aprendido apenas algo de pensamiento espacial gracias a la educación formal. El énfasis en enseñar a pensar científicamente presupone la aplicación de habilidades de pensamiento espacial, lamentablemente no supone el desarrollo de esta habilidad tanto como la utilización de tecnología auxiliar.